martes, 30 de octubre de 2007

Los Morea

Los Morea

Esta familia en la que he nacido, proveniente de aquel país vasco
Que un ancestro decidió abandonar para arribar en estas tierras
Con un solo peso, cruzó el mar.
Instalando una ferretería, gran convicción debió tener
Como para convertirla en su casa y no parar hasta no vencer.
Día y noche trabajó y logró hacerse su fortuna
Con la cual compró campos, tradición de la familia.
Ese fue mi tatarabuelo, que junto a su esposa,
Petisa la señora siempre con sus anteojitos y sombreros llamativos,
Encontraron en estas tierras lo que en su sangre se convertiría.
Avanzando en el tiempo, y olvidándome de muchos nombres
Recuerdo a mi bisabuela, que, firme la mujer, recién con 101
Decidió partir de este mundo, mundo que tanto amaba.
Su padre Cantilo, señor de buena fama, gobernador de Buenos Aires
Aún hoy permanece presente en la Avenida que lleva su nombre
Y que recuerda a aquellos tiempos, tiempos del pasado.

Otros grandes personajes forman parte de la historia,
Tantos que por más que los nombre, no los recordaría a todos.
Lo que sí marca a esta familia, y que nadie lo duda,
Es su presencia en el tenis argentino, cuya mayor victoria
Fue la llegada a la final de dobles, de aquel torneo llamado Wimbledon.
Los hijos de estas personas, famosas algunas, anónimas otras
Hoy en día viven repartidos en distintas partes del mundo,
Desde tías en Bruselas, Texas o Chile y hasta familiares curas en Cuba.

No sé qué deparará el futuro a esta familia luchadora
Que siempre logra avanzar y encontrar su camino
En estas tierras argentinas.





"Al año siguiente, surge la figura de Enrique Morea, quien desde hacía varios años era el número 1 indiscutido de la Argentina (1944-1960); logró la misma brillante actuación en Wimbledon en el año 1952 en pareja con la australiana Thelma Long; y al año siguiente fue semifinalista de singles en Roland Garros (actuación que repitió en 1954) y nuevamente finalista del mixto en Wimbledon, esta vez en pareja con la americana Shirley Fry, repitiendo por última vez esta final en el año 1955 con la norteamericana Louise Brough. En el año 1950 había ganado el doble mixto en Roland Garros y 4 años antes, en 1946, había sido finalista en ese mismo Grand Slam en el doble de caballeros. En 1954, fue campeón de singles en Roma, y en ese mismo torneo, ganó también el campeonata de dobles de caballeros el mismo año, 1954 y 1955. Obtuvo infinidad de títulos en Europa y en Sud América donde fue Nro. 1 durante 1 década (1948-1958). Fue medalla de oro en singles en los Juegos Panamericanos de 1951, y en el US Open alcanzó las semifinales de dobles caballeros en 1947 y de dobles mixtos en 1953. Enrique, fue considerado Nro. 8/10 del mundo en el año 1953, y ha dejado sin dudas, una huella gloriosa e imborrable en nuestro tenis."


1 comentario:

Matías Miguel Roude dijo...

Que hermoso conocer las raices. Los lazos de sangre, de leche, de piel que nos conectan con personas que se han ido; pero permanecen recorriendo nuestras vidas.

Muy lindo.