En los fríos rincones de mis sueños
allí donde la luz de la luna se ausenta
sueño con tu silueta contrastante
caminando por los bosques, errante.
Donde nadie más me puede ver
lágrimas brotan como un río furioso
dentro de mi alma el corazón llora
encontrando refugio en tu silencio.
Cuando ya nada más importa
tus manos suavemente las mías toman
dándome una razón de existencia
quitándome el dolor que ves en mí.
En mis sueños los bosques son eternos
perdiéndose en un mar de árboles verdes
el sol apenas encuentra aperturas
entre tanta densidad de lo silvestre.
En aquellos bosques corro con mi alma
sintiendo el viento fresco en mi cara
el musgo bajo mis pies cede
con cada paso que avanzo, crece,
aquel deseo fuerte de encontrarte
y poder abrazarte para nunca más perderte
y fundirme entre tus brazos eternamente
esperando que se haga realidad, paciente.
En aquellos bosques es donde mi alma reside
donde mi corazón vive y mi ser despierta
entre verdes hojas de árbol renace
el espíritu de entre las cenizas.
Si allí no es mi hogar, entonces ¿dónde?
tan sólo sé que en mi corazón aún vive
aquella llama que recuerda perfectamente
la felicidad que en mi alma existía
cuando entre naturaleza me encontraba
y bajo la tierna lluvia relajada yacía
con mis oídos los cantos del viento seguía
y con los susurros de las hojas me dormía.
Aquella llama en lo profundo de mi alma flamea
sin deseos de apagarse, desea volver a la vida
y dejar de ser un recuerdo olvidado
para volver a despertar mi ser dormido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario