jueves, 28 de febrero de 2008















Tú, pájaro, que vuelvas allí a lo alto,
que encuentras en las nubes tu libertad,
que naces con alas, y mueres en tu vuelo.

Tú, paloma, que sabes que la tierra no es todo,
que has visto más allá del horizonte,
que has cruzado fronteras,
que has ido más allá del mar.

Tú, águila, que no temes a nada ni a nadie,
que sabes dónde está tu hogar,
que siempre reconoces el camino a casa,
que siempre sabes regresar.

Tú, ángel, que en tu vuelo encuentras paz,
que al pasar dejas el aire lleno de libertad.

Tú, que siempre estrechas tus brazos
para hacernos despertar.

Tú, Dios, que en esta vida me vuelves a buscar.
A ti, tan sólo a ti te agradezco, por esta oportunidad.

Tú, yo, da lo mismo.
No hay separación en la libertad.

Tú, yo, tan sólo uno.
Somos lo mismo, tan sólo eternidad.

martes, 26 de febrero de 2008

Ecos




















Deseo llegar al cielo a través de las sierras argentinas
sentado sobre el lomo del chúcaro bayo, bello en su correr,
sentir el viento en el rostro, la lluvia sobre la piel
limpiando la suciedad del campo, el alma que vuelve a sonreír.

Caminamos juntos, el animal y yo,
sin saber ya cuál es el caballo y cuál el hombre en cuestión,
voy cantándole a la vida, al cielo y al sol
encontrando las respuestas, alma del perdón.

Nada hay en la vida que desee más que andar así,
corriendo junto a mi fiel amigo que con gracia sabe vivir
entre los valles y picos de la amplia libertad
sabiendo cuál es el camino, y no escogiendo al azar.

Vuelvo la mirada atrás y me veo tan sólo a mi mismo
siendo uno con la tierra, el cielo y el mar,
no importa por dónde ande, hay una cosa que sé
y es que mi alma quedó anclada en aquella sierra, mi hogar.

miércoles, 6 de febrero de 2008

No hay















No hay encuentros inesperados, sólo deseados
Por más que sea en las profundidades más remotas
En algún lugar del alma nace un deseo de vernos
Que hace que las fuerzas del universo trabajen
Para cambiar el tiempo y el espacio a nuestro antojo
Y así, lograr que nuestros caminos se junten
Tarde o temprano.

No hay dolores no deseados, ya que nacen en uno mismo
Y si bien puede parecernos que el dolor proviene de otro
Somos nosotros los que engendramos ese sentimiento
Haciéndolo nuestro, sintiéndolo, viviéndolo, ahogándonos
En un mar que nunca termina, en un mundo oscuro
Que sólo nos pertenece a nosotros,
y al que nadie tiene acceso.

No hay tragedias verdaderas, salvo las que nosotros creamos
Con nuestra mente que nos hace ver lo que no es de la peor forma
Para que no veamos más allá de nuestra propia miseria
Y sólo tengamos ojos para nuestro dolor, para no ver solución
Y así estancarnos en nuestro propio tiempo detenido
Que solo existe porque nosotros lo hacemos existir
Quejándonos al mismo tiempo.

No hay dudas existenciales, sólo las buscamos por aburrimiento
Porque en vez de vivir cada día al máximo, andamos pensativos
Buscando la manera de encontrar alguna verdad máxima
Inexistente, pero sin embargo buscada para encontrar algo especial
Algo nuevo que tal vez nadie antes haya pensado
Cuando en realidad, la vida es tan simple que con sólo respirar
Obtenemos todas las respuestas.

lunes, 4 de febrero de 2008

Buscándote




















No hay forma de conocerte.
Siento que hay un muro a tu alrededor,
una barrera negra, que de vez en cuando
deja traspasar cierta luz
que hace dudar de si lo que veo
es realmente luz, o sólo imaginación,
un deseo tan profundo de encontrarte,
de conocerte, y saber dónde estás
y que me contestes quién eres,
que me lo muestres con mis propios ojos,
que me guíes con mis propios pasos,
que me hables con mis propias palabras
y me escuches con mis propios oídos.
Te busco, pero siento que no se por dónde,
como si caminara en círculos
y sin embargo sabiendo dónde está el centro,
Sólo incapaz de acercarme
por una razón, mi propia ceguera
que no me permite ver mas allá
de los pasos que doy en círculos.
Por eso es que rezo cada día,
para que tú vengas a mi
y me abras los ojos y me enseñes
dónde puedo encontrarte,
aunque sea una vez,
para así, la próxima vez, acordarme
y reconocer el camino,
lograr cruzar aquella barrera
y ver un mundo sin fin
y comenzar a transitar en él,
poco a poco, paso a paso,
llegando a comprenderte
y de una vez por todas poder dejar de creer,
para comenzar a saber,
para comenzar a comprender.