martes, 27 de marzo de 2012


Así como la nieve cae en medio de la montaña
el silencio absoluto se apodera del aire,
tan sólo el movimiento de los copos cayendo suavemente
tapando la tierra con su manto blanco lleno de pureza.

Sutil, suave, tierno,
mientras oculta los dolores de los tiempos pasados,
para que bajo el frío de la nieve
se renueven las energías de la tierra.

En silencio cae, pero cae con certeza
un silencio tan profundo que para oídos no acostumbrados
es tan fuerte que resuena en los tímpanos,
el vacío espeso, profundo, cargado.

Blanca la superficie, dolorido el ambiente que debajo se esconde
después de tormentas, fuegos, suciedades, hombres,
ya nada queda del puro verde de los árboles,
descansan bajo el frío que todo lo entumece.

En su profundo silencio sigue cayendo
un silencio renovador que sin palabras
agudiza los sentidos del que sabe oír
la melodía de la nieve silenciosa.

Tàpalo, tàpalo todo, ya que doloridos están
las ramas y las hojas, los troncos, las raìces.
Que en tu blancura duerman las heridas,
que en tu silencio descansen en paz.

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