Pasa una nube tapando el sol. La nube oscurece, llueve. La tierra se humedece, el agua se filtra, las plantas crecen, purifican el aire. Algún día volverá a llover gracias a la nube, al cielo, al aire, a la tierra, a las plantas. Un ciclo que ha mantenido su curso por siglos, muchos. Así también el hombre que nace, vive y muere. Una y otra vez la misma historia. El hombre piensa ser importante, pero a nadie le importa si lo es o no. Qué importa si hay uno menos o uno más. Qué importa si un hombre camina o corre, si habla o grita, si calla o llora. Simplemente, el mundo sigue girando igual y el sol amanece como siempre. Nada especial, porque en silencio el universo se va dando, o siempre fue, o nunca fue otro, o nunca fue ni es el mismo. Tantas opciones, tantas posibilidades, tanta variedad y sin embargo tanta igualdad. Micro y macro no se diferencias más que en su palabra ilusoria. Qué es uno y qué es otro? Por qué diferenciarlos?
Seré sincera. No sé por qué escribo si nada de esto tiene un fin ni un significado. Tan sólo son momentos desperdiciados que me dedico a escribir con tal de no pensar. Debería ser al revés, pensar primero y luego escribir, pero no siempre sirve seguir el orden de las cosas. Total esto es solamente lo que es, ni más ni menos. Otro ciclo con comienzo y fin. Qué fin? Ninguno útil.
Estoy vacía. Mis días no significan nada. Mi cuerpo está mal, mi mente está mal, mi corazón está peor. Días y días intentando darle un significado a mi existencia, pero nada de lo que hago llena lo que no puede ser llenado, porque permanece vacío. Lo último no es la razón de lo primero, pero es parte de lo mismo. Está vacío porque no puede ser llenado. No puede ser llenado porque está vacío. Incluso eso está mal y se contradice.
Nada está bien, nada está en su orden. Y sin embargo debe tener un orden. O será solamente caos.
Por qué dejamos de ver? Será porque no queremos ver. Si ver al mundo y vernos a nosotros es lo mismo, entonces no debemos querer vernos. Con los años la vista empeora porque no queremos ver nuestro reflejo ni en el espejo ni en el mundo que creamos.
Quiero dejar de caminar, dejar de ver la nube y despertar cada día muerta, en una nueva ilusión. Dejar de morir, dejar de sentir que muero, que me devoran por dentro. Odio esta incertidumbre, estas dudas, estas preguntas sin respuesta. Odio la dualidad engañosa y la mente que se deja engañar. Mi mente, contaminada de tanta falsedad y enfermiza obstinación que no me permite ver más allá de esa dualidad odiosa.
Por qué siento que todo es mentira, que todo es completamente irreal. Caminar y preguntarme si realmente camino, respirar y dudar si realmente respiro. No conocer a la persona que está a mi lado, verle los ojos y no ver nada. Si ni siquiera puedo ver mi propio reflejo, qué pretendo ver en otros?
Siempre tener que cumplir con las reglas de esta vida. Esta rueda podrida que no para de girar y con cada giro se pudre aún más. Es tiempo de que se queme por siempre. Esta limitación que se nos impone. Constantemente limitados, frenados, engañados. Como robots siguiendo las mismas reglas, aún cuando creemos romperlas estamos siguiendo el mismo juego de siempre. Nada de lo que hagamos está fuera de estas reglas, leyes.
Esta soy yo? Y qué es el yo? Por qué yo? Y por qué estos pensamientos? De dónde vienen? Si nada de lo que hay es realmente mío, entonces ni el yo me pertenece. Entonces en dónde me deja eso a mí?
Harta de esta existencia, de este mundo que no da respuestas verdaderas. Harta de estos ciclos idénticos, de las historias que se repiten y se repiten y se repiten hasta el punto de enloquecernos. Ya estamos locos…cuánto más hay que soportar?
Pero a pesar de todo esto, a pesar de estas palabras y estos sentimientos sin sentido, de estos sentimientos caóticos que no logro condensar en frases elocuentes con algún tipo de contenido lógico, a pesar de todo esto la nube sigue su curso, tapando el sol, oscureciéndose, dejando caer sus gotas en silencio. Y en silencio permanezco mientras sigo muriendo por dentro.
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