jueves, 16 de octubre de 2008

Tribute to Budo





















Dejarte fluir en la corriente de tu propio tiempo
no hay nada a tu alrededor, nada tan sólo lo que decides ver,
la calma se instala en tu corazón, y tu mente no duda,
tu cuerpo responde a la perfección a lo que le pides.
Entre tanto ruido tu silencio se impone,
el que nace desde el alma y se expande en el aire,
la fuerza que en tu mirada se expresa, totalmente tuya,
tú te perteneces, lo sabes, lo sientes y lo disfrutas.
Sabes lo que tienes que hacer, conoces las reglas,
los movimientos son claros, simples, precisos,
lo has practicado 100 veces, miles, por años
y sabes sin embargo que aún puedes equivocarte.
A pesar de la incertidumbre por desconocer el futuro
tan sólo te concentras en tu respiración, tu mundo,
te encuentras en la cima de la montaña,
rodeado de infinitos árboles, arroyos, nubes,
allí está tu casa, allí está la libertad que te cubre.
Desde el fondo del corazón de expresas
con tus movimientos, tu suavidad, tu firmeza,
cada gesto es único, personal y perfecto
dentro de la perfección de lo imperfecto.
Expresas tus sentimientos más profundos,
cuentas miles de historias a través de tus posturas
y el aire que te rodea se tranforma
en aquella historia que recreas con tu presencia.
Un ir y venir de pasos y miradas,
como un suave baile contigo mismo
donde el aire te acompaña danzando a tu lado
y el silencio se vuelve tu canto más preciado.
Te acompañan miles de años de historia
grabados firmemente en tus movimientos,
son sus fantasmas los que te guían
y te enseñan a vivir lo que practicas.
En en el momento en que te enfrentas a ti mismo
te vuelves tu amigo y enemigo invisible
y tus miedos se vuelven diminutos
mientras reconoces tu propio destino.
Tu tiempo se detiene, y vale más que mil siglos,
encuentras en el transitar de unos minutos
las respuestas que no encontraste en años,
y sabes que esta vez te has encontrado.
Mientras tu lenta danza continúa,
mientras sigues cortando el aire con tus puños,
los fantasmas de tus miedos se pierden
en la vasta amplitud de tu paciencia.
Después de mucho tiempo te das cuenta
que tus miedos de entonces no eran miedos
sino sólo una ilusión impuesta por tu mente,
intentando cegarte para que no encuentres
lo que verdaderamente eres.
Y esta vez tu baile se vuelve infinito
tu corazón se libera,
tu alma se eleva…
lágrimas de amor que corren por tus mejillas.
Ya no eres prisionero de la vida,
sino vida entre tantos prisioneros,
sientes libertad donde otros ven encierro.
Vuela junto al viento, fluye junto al río,
tus movimientos se armonizan
con la paz que trae tu alegría.

2 comentarios:

Alejandro dijo...

dedicado a 侍 ヴァルゼ ????

jaja salutt

Matilda dijo...

es Komo estar
frente al Mar !!

un abrazo