martes, 30 de octubre de 2007

Los Morea

Los Morea

Esta familia en la que he nacido, proveniente de aquel país vasco
Que un ancestro decidió abandonar para arribar en estas tierras
Con un solo peso, cruzó el mar.
Instalando una ferretería, gran convicción debió tener
Como para convertirla en su casa y no parar hasta no vencer.
Día y noche trabajó y logró hacerse su fortuna
Con la cual compró campos, tradición de la familia.
Ese fue mi tatarabuelo, que junto a su esposa,
Petisa la señora siempre con sus anteojitos y sombreros llamativos,
Encontraron en estas tierras lo que en su sangre se convertiría.
Avanzando en el tiempo, y olvidándome de muchos nombres
Recuerdo a mi bisabuela, que, firme la mujer, recién con 101
Decidió partir de este mundo, mundo que tanto amaba.
Su padre Cantilo, señor de buena fama, gobernador de Buenos Aires
Aún hoy permanece presente en la Avenida que lleva su nombre
Y que recuerda a aquellos tiempos, tiempos del pasado.

Otros grandes personajes forman parte de la historia,
Tantos que por más que los nombre, no los recordaría a todos.
Lo que sí marca a esta familia, y que nadie lo duda,
Es su presencia en el tenis argentino, cuya mayor victoria
Fue la llegada a la final de dobles, de aquel torneo llamado Wimbledon.
Los hijos de estas personas, famosas algunas, anónimas otras
Hoy en día viven repartidos en distintas partes del mundo,
Desde tías en Bruselas, Texas o Chile y hasta familiares curas en Cuba.

No sé qué deparará el futuro a esta familia luchadora
Que siempre logra avanzar y encontrar su camino
En estas tierras argentinas.





"Al año siguiente, surge la figura de Enrique Morea, quien desde hacía varios años era el número 1 indiscutido de la Argentina (1944-1960); logró la misma brillante actuación en Wimbledon en el año 1952 en pareja con la australiana Thelma Long; y al año siguiente fue semifinalista de singles en Roland Garros (actuación que repitió en 1954) y nuevamente finalista del mixto en Wimbledon, esta vez en pareja con la americana Shirley Fry, repitiendo por última vez esta final en el año 1955 con la norteamericana Louise Brough. En el año 1950 había ganado el doble mixto en Roland Garros y 4 años antes, en 1946, había sido finalista en ese mismo Grand Slam en el doble de caballeros. En 1954, fue campeón de singles en Roma, y en ese mismo torneo, ganó también el campeonata de dobles de caballeros el mismo año, 1954 y 1955. Obtuvo infinidad de títulos en Europa y en Sud América donde fue Nro. 1 durante 1 década (1948-1958). Fue medalla de oro en singles en los Juegos Panamericanos de 1951, y en el US Open alcanzó las semifinales de dobles caballeros en 1947 y de dobles mixtos en 1953. Enrique, fue considerado Nro. 8/10 del mundo en el año 1953, y ha dejado sin dudas, una huella gloriosa e imborrable en nuestro tenis."


lunes, 22 de octubre de 2007

O tal vez

















Una ciudad vacía de noche, lluvia.
Un alma errante en la oscuridad, sólo.
Pasos que se pierden en el vacío, frío.
Mirada perdida, ausente, triste.

Caminos que se cortan, se cruzan.
Pensamientos profundos, se encuentran.
Sensaciones incomprensibles, locura?
O tal vez sólo un sentimiento, puro.

Horas que transcurren, silencio.
Suspiros prolongados, cansados.
Roces distantes, paredes, desnudas.
Recuerdos de aquellas tardes, soleadas.

De frente, pasos ajenos, silueta.
Alma gemela, amiga, sonriente.
Pasos se aceleran, corazón alegre.
Confianza mutua, conocerse.

Tiempo ha pasado, un mismo sentimiento.
Cercanía deseada, encuentro casual.
Sensaciones incomprensibles, locura?
O tal vez sólo un sentimiento, puro.

Sentirse cerca, estando tan lejos.
Pensarse, aún sin conocerse.
Crearse, cada día en sueños.
Amarse, y tan sólo amarse.

Ausencia de palabras, innecesarias.
Silencios que llenan, alivian.
Sensaciones incomprensibles, locura?
O tal vez sólo un sentimiento, puro.



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viernes, 19 de octubre de 2007

About love



















When you love someone, you would make everything look true and believe a lie.
When you love someone, you´d give everything just to see him smile.
When you love someone, you´d sacrifice your life and all you´ve got to give to him.
You would touch the moon, and go to the end of the world.
You would try to reach the stars, and think that you can really fly.
You would walk around in circles, believing you´re going straight.
You´re heart would move mountains, and control the rising sun.
You´re eyes would shine like fire, you´re voice make people cry.
You´re passion would spread all over the world, uniting people.
Death would mean nothing to you, knowing that love lasts forever.
Life would become too lonely, without you´re loved one being near.
The day would run out too quick, and the night would be too long.
Words would not be enough to express your feelings and let them free.
Phrases would seem endless just by looking into his eyes.
Hope would be the power that guides you, and the strength to move on.
Faith would make your deepest dreams come true and let the stars collide.
Your soul would live every day as if it were the last.
Your spirit would feel free and never get itself in chains again.
You´d kiss him as passionate as you´d never done before.
Say things to him you wouldn´t even realize knew.
You would give him everything on earth if you only could.
And give him everything you have inside, knowing it´s worth much more.
By realizing you´re in love, you´d see how beautiful life can be.
And you´d understand that happiness is created deep within your heart.
By getting to know love, your heart would be filled with joy.
And you would irradiate so much energy you never expected having.
When you accept that you´re in love, you get scared at first.
You don´t know how to act and what to say to seem more special than before.
You try to be always better, thinking you´re not enough the way you are.
You would give your best smile, wear the most beautiful clothes.
You would go to the best places, stand in the best light.
And you would make the most expensive presents, without knowing why.
But one day you´ll realize that everything´s much more simple.
You´ll understand that feelings can´t be influenced by the outside.
You´d see that only our heart decides what to feel, even if you don´t agree.
And you´ll know one day, that only love can really set you free.
Once you know you really love someone, you won´t care anymore.
If people disagree or want to separate you, you´ll make your way through.
You´ll be as strong as you propose yourself to be, and stand against any storm.
You won´t fall, not even by the biggest wave and you won´t hide, not once.
Your heart will be you´re shield.
Your soul will be your armour.
Your love will be your weapon.
And once you´ve stopped fighting, once you´ve won, you´ll let yourself fall.
And someone will catch you from behind, not letting you get hurt.
You´ll know, love was worth fighting for.
You´ll know, love is everything.
And you´ll understand, that love is what you are.

martes, 16 de octubre de 2007

Cuando el corazón habla




















Te tuve miedo aun sin conocerte
Veia tus fotos y deseaba estar en ellas
La primera vez q te vi en una no le preste atención
Simplemente eras una persona que pensaba nunca llegar a conocer
Pensaba mientras te veia en esa foto que tendrias tu vida normal como cualquiera
Y que esa vida tuya nunca me incluiria, nuestros caminos nunca se juntarian
Me imaginaba cómo sería conocerte
Pero siempre sabiendo que no te interesaría

Y así pasó el tiempo
Vos viviendo por tu cuenta, yo por la mía
Sufriendo, tal vez, cada uno a su manera, pero nunca juntos
Y un día caí nuevamente y te vi en otro momento de tu vida
Alegre como la mayoría de las veces
Y me detuve y te vi realmente por primera vez
Como persona que sos, como alma que sos
Y tuve miedo de no estar a tu altura nuevamente
Preguntándome esta vez si algún día te conocería
Y deseé a partir de ahí todos los días
Poder mirarte a los ojos algún día
Y decirte que te quiero

Los días pasaban y yo vivía a medias mi vida
Sintiendo que algo me faltaba, que algo no tenía
Y cuando podía, buscaba verte, aunque sea en foto
Y leerte, aunque sea de la forma más distante
Por momentos pensé que vos me harías olvidar
Por otro deseaba compartir con vos todo lo que me pasaba
Sabiendo que seguramente nunca te interesaría

La vida es extraña
Por un lado, cuanto mas uno desea, menos lo consigue
Pero a su vez, mientras mas lo sueña, más posibilidades hay
Y de la misma manera, cuanto uno menos busca, más se sorprende cuando llega
Y el día llegó en el que nuestros caminos se juntaron por primera vez
Yo realmente deseaba con todo mi corazón que seas lo peor
Y resultaste ser lo mejor
No quería caer en el mismo sufrimiento del que venía saliendo
Y en el fondo me hubiese gustado que me trates mal, que me ignores
Pero no lo hiciste
Y mientras seguía temiendo que seas así con todas
Disfrutaba de tus miradas fugaces
De tus contactos leves
De tus sonrisas, tus palabras, tu manera de ser
No te conocía (mientras escribo esto aún no te conozco)
Pero deseaba cada vez más poder hacerlo

Siempre tuve miedo
Miedo a que sea verdad lo que sentía por vos
Y temía estar engañandome, viendo en vos algo que no sos
Pero cada minuto cerca tuyo
De alguna forma se convertía en hora
En momentos inolvidables
En un deseo que con cada instante que pasaba se volvía más fuerte
Un deseo de poder sentirte a mi lado
Y saber que soy alguien para vos

Y así te vi el primer día
Y me puse triste, conociendo el largo camino que por ahí nunca lleva a nada
Sabiendo a lo que me prestaba, a lo que me jugaba
Un camino tan conocido, tan doloroso
Que en vez de levantarme, me volvería a destruir un poco más
Y sin embargo seguí abriendome, sin que vos lo sepas, a vos
Odiandome por no ser mas de lo que soy
Y preguntandome si a vos te alcanzaría aunque sea un poco

El dia que te vi, domingo, 30 de julio
Me cambiaste un poco mi vida
Le diste un giro nuevo que tanto andaba buscando
Y lograste despertar en mi algo que se había dormido
Pero también hiciste crecer el miedo a ser lastimada nuevamente
Ese día fue el comienzo de algo que aun no tiene explicación
Mejor dicho, que aún no es nada

Pero nuestros caminos se cruzaron a pesar de haberlo catalogado como imposible
Y se cumplió en su momento mi deseo de poder verte a los ojos
Esas pocas cosas que parecian tan imposibles
Al final terminaron cumpliendose
Y esas dos cosas me dieron la esperanza
De que por ahí la vida sí tiene sorpresas para darnos día a día
Y que por ahí, con un poco de paciencia, las cosas tarde o temprano se dan

Y así pasó cuando pude verte una segunda vez
Dos días después
Y quise abrazarte por primera vez
Y estar a solas aunque sea un minuto
y no se si fue mi impresión, o si vos realmente buscaste lo mismo
cuando me llamaste para preguntarme algo
y me dijiste “vamos juntos?” y yo te respondí que si
son momentos tan poco importantes viendolos de afuera
pero que a mi me significaron tanto cuando pasaron

Me hablas bien, y eso me ayuda a seguir adelante
y darme cuenta que tal vez valgo mas de lo que creo
y ambos dias que te vi, te di las gracias para mis adentros
mas de una vez, varias
y me hubiese gustado decirtelo en la cara
pero no daba ni el dia, ni el momento, ni la circunstancia
porque vos seguis siendo alguien desconocido
que no tiene por que pensar en mi
y que puede mañana desaparecer de mi vida
y nunca mas volver

al final, esto lo escribo para mis adentros
y me pregunto si algun dia llegará a los ojos de alguien mas
supongo que no importa, hoy, lo que siento
por vos
asi que me dedicaré a admirarte, quererte, amarte a mi manera
para mis adentros, callada
hasta que la vida me abra una puerta para llegar a vos
o me la cierre para siempre.

Una vida más de aquellas















Había dejado de cuestionar a Dios y a la vida. Demasiado tiempo había pasado sin encontrar respuesta alguna a sus preguntas. Había suplicado, gritado, llorado, se había desesperado hasta tal punto de pensar en darle un fin a todo su dolor, su sufrimiento.

Los días iban y venían, y cada vez le parecían más cortos. Intentaba aferrarse a ellos, no dejarlos ir. Con miedo y dolor aceptaba la llegada de la noche, con alegría la venida de un nuevo amanecer. Las noches se le hacían eternas. Con suerte lograba conciliar el sueño. Y cuando lo hacía, soñaba. Había comenzado a soñar con su infancia, con su adolescencia. Aquellos momentos que había vivido sin mayores preocupaciones. Qué gran vida que había tenido! Demasiadas veces se había quejado. Hoy, daría todo para regresar a aquellos días y vivir a pleno cada minuto.

Pero también sabía, que el tiempo no volvería atrás ni la esperaría. Se preguntaba si acaso ya había cumplido con su rol en esta vida pero lo dudaba seriamente ya que aun era demasiado joven y no había hecho nada de gran valor. Uno pensaría que para morir, por lo menos debería haberle dejado algo al mundo. Hijos no tenía aún, y nunca los tendría. Tal vez hubiese deseado tenerlos, dentro de un par de años, pero ya no pasaría. Hermanos no tenía ni le preocupaba demasiado tenerlos o no. Su padre había muerto años atrás, y aunque hubiese seguido vivo, a ella le daría lo mismo. Su relación nunca había llegado a mayores. Él la había abandonado, ella lo había buscado y había sido rechazada más de una vez. Su madre, a pesar de tener sus fallas como toda persona, siempre la había sabido cuidar bien y ahora así le devolvía el favor.

Se preguntaba quién se acordaría de ella dentro de un par de años. Obviamente tenía personas que la querían, que la habían acompañado durante antes. Tenía también personas que la amaban, que la deseaban. Ella, niña mimada por todos, los quería, a cada uno como era. Pero a pesar de confiar tanto en la gente que la rodeaba se preguntaba si alguno de ellos se acordaría de ella. Tal vez un par de años, décadas, pero la memoria humana es más corta de lo que a veces pensamos. De todos modos, ella no se los recriminaría.

Se sentía un poco sola. No podía decir que no tenía compañía, pero nada lograba llenarle el vacío de su alma. Su vida ya no era comprensible para sus seres queridos. Ella ya no era igual a ellos. Se sentía diferente. Por más que agradecía los gestos, cada vez se cansaba más de las falsas sonrisas de las personas, de las miradas llenas de lástima y dolor disimulado. Nadie le decía realmente lo que pensaba, nadie le hablaba seriamente. Buscaban hacer que piense en “otras cosas”. Qué cosas?, pensaba ella. Ya no le quedaba nada en que pensar.

Cuando llovía, sus lágrimas se mezclaban con la lluvia. Ella, inmóvil frente a la ventana, esperando el próximo dolor. Su cuerpo le era desconocido pero seguía siendo suyo y sabía muy bien cuándo volvería a dolerle. Cuando subía escaleras, se mareaba y se quedaba sentada en los escalones, sin decir palabra, hasta que alguien la encontraba y le ayudaba o hasta que lograba juntar la fuerza necesaria de seguir subiendo. El día que se cayó por primera vez, decidieron trasladarle la cama a la planta de abajo.

Le habían dicho que le quedaban unos 6 meses si el tratamiento mostraba efectos positivos. Ella sabía muy bien que no llegaría a los 6 meses. Su madre seguía confiando en que lograría salvarse. Iba a misa todos los días y se quedaba horas después, rezando, suplicando, igual que ella había hecho en su momento. Su madre por momentos se desesperaba porque ella no le ponía suficiente voluntad. Le decía que dios sólo no podría salvarla, que si ella no ayudaba con su actitud nunca se curaría. Pobre mama, pensaba ella. Le hubiese gustado darle más esperanzas, pero ya se había cansado de fingir.

Había tomado la decisión de abandonar el tratamiento. En cuanto empezaron a caérsele los primeros mechones, sintió una repulsión terrible y había llorado hasta quedarse sin aire. Aún le dolían las manos de los golpes que le había dado a las paredes, a las sillas, mesas. No entendía cómo no se había quebrado. Ni para pegarle bien a las paredes tenía fuerza. De todos modos, ese había sido el día en el que había decidido dejar el tratamiento. La vida que le quedaba le era demasiado valiosa como para sufrirla de tal manera los pocos meses que le quedaban, si es que realmente eran meses y no semanas.

Cuánto dolor sentía. Había tenido tantos sueños para su futuro, y ninguno llegaría a cumplirse. Pero ya ni eso tenía importancia para ella.

Estaba harta de los remedios, de lo mal que la hacían sentir. Sentía que su cuerpo se movía únicamente gracias a aquellas pastillas, y cuando dejaba de tomarlas, volvía aquel dolor insoportable que la dejaba postrada en cama. Pero tomándolas, sentía náuseas y vomitaba y se sentía peor y en esos momentos prefería sentir el dolor corporal antes que aquellos mareos insoportables.

Lo peor de todo era ver sufrir a su gente querida. Todos se esforzaban en ayudar, en acompañarla como habían hecho siempre pero por más que intentaban, no podían ocultar su sufrimiento. No sabía si en los ojos de los demás veía reflejada su propia muerte o si sólo era su imaginación, pero por lo menos había algo en la mirada de ellos que la hacían parecer aún más muerta de lo que ya se sentía. Los días pasaban y veía su cuerpo desaparecer. Su hambre iba disminuyendo con el paso del tiempo, sus vómitos y náuseas se hacían costumbre. Pensar en caminar ya la cansaba, ducharse sola ya le era imposible. Usualmente su madre le ayudaba meterse en la bañadera, y con una paciencia indescriptible, la bañaba mientras de ambas caían lágrimas al vacío.

Había llegado al punto en el que ya no quería seguir más. Había aguantado día a día, pacientemente, que el tiempo transcurriera. Ya nada podía hacerse. Su voluntad se había extinguido por completo. Ya no se podía levantar de la cama, no distinguía entre frío y calor, no podía ni quería comer.

Cuando ya sentía que faltaba poco, volvió una pequeña chispa a su corazón. No se atrevía a llamarla esperanza, pero sí tal vez, un poco de fe. Sentía que había algo que sí podía hacer. Quería limpiar su cuerpo antes de partir. Yendo en contra de lo que su madre y sus médicos querían, dejó de tomar las pastillas. Con una fuerza de voluntad que todos se preguntaban de dónde la sacaba, negaba con firmeza cualquier intento de ayuda médica. Nada volvería a entrar a su cuerpo porque nada de eso podía hacerle bien. Nunca lo habían hecho, pero hoy lo sentía más que nunca. Los médicos entendieron que no podían hacer nada contra aquel deseo de la paciente. Calmados, intentaban hacer entender a la madre que su trabajo ya estaba hecho, y que sólo quedaba acompañarla en su último trayecto. La madre, loca de angustia y dolor, visitaba varias veces al día la capilla del hospital, ya no para pedir que la salve, sino para pedirle que la cuide y la acompañe cuando ella ya no fuese capaz de hacerlo.

Los últimos tres días ella permaneció la mayor parte del tiempo inconciente. Despertaba de a ratos cortos, a veces no más que minutos para volver a dormir por varias horas. El dolor se le marcaba en la cara, en los brazos, en las manos, en cada parte de su cuerpo, tan débil de los meses pasados. Su madre, que se había traído la cruz de los franciscanos de casa y la había puesto en la mesita de luz, ya no se apartaba de su hija. Le acariciaba la mano, la frente, el pelo, mientras le susurraba al oído palabras que sólo una madre sabe darle a su hija.

A la mañana del tercer día, cuando los primeros rayos del sol entraban por la ventana y el mundo aún yacía en paz, ella abrió los ojos por última vez. Ya no sentía dolor, ni sufrimiento, ni miedo. Miró a su dormida madre en silencio, la miró largo rato, con ojos llenos de cariño y amor. Después vio la luz del amanecer y por primera vez en mucho tiempo sintió la necesidad de sonreír. Al fin había encontrado su respuesta. La respuesta que la vida le había dado.

Y así, mientras afuera los rayos del amanecer indicaban la llegada de un nuevo día, su luz lentamente se extinguió. Ya no volvería a sufrir así, por lo menos no en esta vida.

Camino llamado "vida"




















…El cielo me ha abrazado con su infinidad de sonidos provenientes de rincones oscuros y me ha llenado el tiempo con sus recuerdos de lluvias remotas y sus caricias de manos ajenas. No hay soles donde el corazón no los quiera, no hay luces donde el alma no las busca. Y sólo buscando las llaves repartidas en las miradas de las personas que abren las puertas hacia cuerpos llenos de cicatrices y lágrimas de sangre, se logra entender el espíritu humano que permanece intacto mientras todo lo demás se diluye en los pasos del tiempo. Y los caminos al final vuelven a sus principios si se tiene la suficiente fortaleza de recorrerlos enteros y no volver nunca la mirada atrás. Pero a pesar de verse nuevamente en los comienzos del andar, las vivencias nunca volverán a ser las mismas y los dolores serán nuevos y reemplazarán las viejas cicatrices por nuevas y más frescas. Sólo entendiendo que los sentimientos son los acompañantes más fieles al corazón se llega a la conclusión que absolutamente todo lo vivido es parte de una enseñanza que nos marca para siempre y nos lleva a dar el paso siguiente en este camino tan largo que hemos decidido recorrer y llamar “vida”…

Palabras para vos
















…No puede ser que me hagas sentir estas cosas sin siquiera conocerte. Cada vez que te veo el mundo se me cierra un poco más mientras dentro de mí se abre un universo de posibilidades desconocidas para ti. He pensado muchas veces en hablarte, pero las profundidades del alma solo son entendibles para aquellos que realmente hacen el esfuerzo en atravesar la dura pared de sentimientos para llegar a lo que muchos llaman el “ser”. Acaso te alcanza lo que ves o buscas más de lo que yo pueda darte? No puedo sonreír abiertamente cuando tú estás cerca porque me cuesta entender mis propios sentimientos. Quisiera poder estrecharte mi mano para que la tomes y me lleves lejos de este mundo gris, pero tengo miedo de que no haya nada del otro lado cuando decida abrirme. Decir “te quiero” me hace demasiado vulnerable; es por eso que soy incapaz de mirarte a la cara y hablarte de estas dos palabras tan sinceras que nacen y brotan dentro de mí. Me haces bien a pesar de no ser nadie para ti. Y en sueños te tengo cerca, sonriéndome mientras el sol nos abraza con su calor. Me pregunto si algún día los sueños dejarán de serlo y tomarán aunque sea un poco de color…

Don´t leave me






















When the sun decides to sleep and hides behind the fields
Don´t leave me
When the wind and rain fight a battle of death
Don´t leave me
When everything burns and nothing survives
Don´t leave me
When people kill each other and cry of their lost love
Don´t leave me
When the grey sky gets eternely black
Don´t leave me
When hate wins over love and tears turn to blood
Don’t leave me
When no flower grows and trees lose ground
Don´t leave me
When my beloved ones turn their backs on me
Don´t leave me
When I get cold and want to make an end to all
Don´t leave me
When I cry of desperation and desire death
Don´t leave me
When I get hurt and can´t get on my feet again
Don´t leave me
But the day I say “I give myself up”
Leave me
Cause i´m not worth it any longer.

Masks




















At the end, masks are easy to create, and easy to destroy. The thing is when we don’t want to let go and desperately keep ourselves in chains. To master our feelings is impossible. We don’t choose what to feel and how we demonstrate them. We don’t choose the right time or the right way. We can just put one foot in front of the other, step by step, all along. Looking back may be cheering, but doesn’t help us to stand up again.

I’m tired of waiting, sick of letting life go. Tired of wandering around alone. I can pretend being happy and everyone will believe me, but I can’t hide from myself any longer. Masks are just an illusion; they keep preoccupation away, but don’t dominate them. I’ve been controlled by the mask of fear for too long by now. I may be not strong enough to tear it apart that easily, but at least I’m willing to try.

Nothing seems to be enough for others that stand by the sideway watching me

Words that we couldn´t say



















Words that we couldn´t say

That I couldn´t express

Thoughts that we didn´t show

Just didn´t know how

Feelings, deeper than depth

Looking down on me

A warmth able to reach me

Inside of you, inside of me

Time is standing still

Breathing loses importance

When you take me in your arms

And tell me everything will be alright

In believe you, I really do

Cause hope is slowly beginning to grow

You are the one who is lifting me up

Bringing me to my feet

Carrying my soul

Believing in me

lunes, 15 de octubre de 2007

Mañana de lluvia





















Se había levantado sedienta y con una calma desconocida. Al subir las persianas vio que llovía y que no parecía que iba a parar en todo el día. Eran las 7 de la mañana, horario muy poco habitual para ella ya que solía dormir hasta más tarde. Pensó en acostarse de nuevo pero no sentía cansancio alguno por lo que le pareció innecesario intentar dormir. En esta época del año aún hacía frío, por lo que se puso un suéter de lana que le había regalado su abuela. Esta señora tenía la costumbre de comprarle cosas dos talles más grandes y la respuesta al porqué era siempre la misma: “por si acaso”. Ya había abandonado la idea de hacerle cambiar de parecer a esta tierna mujer, por lo que se limitaba a agradecerle cada vez que recibía un regalo de su parte y guardarlo en su ropero. Sin embargo, en días como hoy agradecía tener un suéter cómodo, grande y abrigado para ponerse, le hacía recordar inevitablemente su infancia cuando afuera nevaba y su madre le hacía un chocolate caliente para que no tuviese frío.

Fue a la cocina y puso agua a calentar. Preparó café en dos tazas y miró por la ventana que daba al río. Tenía su encanto vivir en el ultimo piso de un rascacielos por más que la espera del ascensor se hacía eterna y muchas veces deseaba incendiar todo el edificio. Pero en días como hoy, donde no tenía ningún trámite que realizar, agradecía la calma que le brindaba la lejanía de la ciudad.

Cuando el agua estaba a punto de hervir, apagó el fuego y llenó las tazas. El olor a café recién hecho le encantaba por lo que adoraba prepararlo. Por más que tomaba café en los mejores lugares, nada se comparada con el que ella preparaba en casa. Tenía una magia propia que no sabía si atribuírsela a su gran capacidad como preparadora de café o al simple hecho de que estaba hecho en su casa.

Una de las tazas las dejó en la cocina mientras que tomó la otra con cuidado y la llevó al dormitorio. Suavemente la apoyó en la mesita de luz intentando hacer el menor ruido posible. Se sentó en el borde de la cama doble y lo observó con cariño. En realidad ella sabía que por más ruido que pudiese hacer, jamás lo despertaría pero de todos modos le gustaba imaginarse que con el sonido más leve podría despertarlo accidentalmente. Había tanto silencio en la habitación que podía oír su respiración. Realmente parecía estar profundamente dormido, y a ella le gustaba esa idea y por una brevedad de segundos se lamentó tener que despertarlo. Lentamente se arrodilló sobre la cama y se le acercó en cuatro. Lo besó suavemente en la mejilla, sin antes sacarse el pelo de la cara para no darle cosquillas. Él reaccionó dormido, moviéndose un poco pero siguió en su más profundo sueño. Ella sonrió. “Buenos días” le susurró al oído, “está lloviendo”. Él dio un sonido de aprobación por más que se encontraba aún completamente dormido. Le acarició suavemente el hombro, volvió a besarlo. Se puso a jugar con su pelo que desde el primer momento le había encantado. No sabía por qué pero adoraba su pelo y a él le gustaba sentir su mano jugando con su pelo. Hace algún tiempo le había dicho que no había nada más hermoso que despertarse con esos mimos que ella le hacía en la cabeza y desde ese entonces que adoraba aún más acariciarlo de esa forma.

“Ey, amor, tenés que levantarte.”. De a poco sus repuestas iban pareciéndose más a un ser despierto. Ella volvió a besarlo, y esta vez él sonrió. Finalmente había despertado por completo. “Buenos días”, repitió ella sonriendo. “Buenos días” respondió él con voz de dormido y los ojos aún cerrados. “Te dejé tu café acá”. Volvió a besarlo, esta vez en la frente, y salió del dormitorio.

Tomó su café con ambas manos para sentir el calor de la taza y caminó con cuidado hasta el ventanal del living. No parecía haber viento, sólo la lluvia cayendo en silencio. Tomó la manta que se encontraba sobre el sofá y miró hacia afuera. Abrió la ventana que llevaba al balcón y se sentó en la silla de madera, tapándose con la mantita. No hacía tanto frío como para que nieve, pero lo suficiente como para enfermarse si no se tapaba.

Acercó la taza y volvió a sentir el aroma del café. Todo estaba en calma, sólo se oía la lluvia caer, ese sonido inconfundible. Era realmente un día hermoso, pensó. Podía quedarse así todo el día y no cansarse. Sus días eran siempre tan agitados, llenos de obligaciones, responsabilidades. Pero hoy no tenía que hacer nada. Se había despertado con la misma calma que mostraba el día, pensando en nada más que en esa mañana. No sabía qué le pasaba, pero estaba feliz.

Al poco tiempo, sintió un calor cerca suyo. Él la rodeó suavemente con sus brazos y le besó el cuello. Ella estaba un poco fría por eso él quería darle el calor de su cuerpo. A veces no entendía por qué no se cuidaba más, pero ella era así y él lo sabía. Por eso se limitó a abrazarla de atrás y apoyar su mentón en el hombro de ella, apoyando su cabeza contra la de ella y viendo la lluvia caer en silencio.

“Te amo, sabés?”. Ella asintió.

“Gracias”.

“Por qué?”

“Por hacerme feliz”.

sábado, 13 de octubre de 2007

Harmony

Porque aprendí










Porque aprendi, que la vida nunca sigue igual

Y que lo que un dia parece estable,

Al otro dia ya no esta.

Porque aprendi a valorar lo que tengo hoy,

Sin pensar en el mañana,

Y viviendo el presente por lo que es.

Porque aprendi que juzgar a otros

Es ver los propios errores

Pero no aceptarlos como tales.

Porque aprendi que criticar es facil

Mas facil que intentar conocer el porque

Y mas facil que aceptar a alguien como es.

Porque aprendi, que el hoy no se basa en el ayer

Y que lo ocurrido ayer

No debe afectarme hoy.

Porque aprendi que hay personas que buscan el silencio

Y que a veces escuchando

Se logra mas que con palabras.

Porque aprendi que lo pequeño

A veces tiene mas valor

Que lo grande.

Porque aprendi que valorar el tiempo

Lleva a la reflexion

Y esta, a la paz.

Porque aprendi que amar significa entregar

Y que siempre se puede perder

Pero que nunca se pierde intentando.

Porque aprendi que el ser humano

Cuando tiene un sueño

Supera sus propios limites.

Pero sobre todo porque aprendi

Que nunca se deja de aprender

Y que aplicar lo aprendido

Cuesta mas que entenderlo;

Y porque aprendi

Que el saber lleva al entendimiento

Y el entendimiento al amor

Y que ese amor es infinito…

Por todo eso, y por todo lo que aun no aprendi

Y tal vez nunca tendre la suerte de aprender

Decidi que seguiré viviendo

Dia a dia

Caminando al lado de la gente que quiero

Llorando por aquellos conocidos que sufren

Sonriendo por los momentos compartidos con ellos

Y aprovechando cada gesto regalado.

Porque aprendi

Que el amor

Es el mejor maestro.

Miedo

















De lo que tengo miedo es de tu miedo.

Tu miedo a que las cosas no resulten, a que vuelvan a fallar.

Miedo a sentir decepción. A sentir demasiado. A estar confundido.

Como puedes querer tanto tiempo y dejar de querer?

Como puedes pretender que te entienda y que diga que todo esta bien?

Yo ya no tengo miedo. No este. En todo caso tendre otros.

Pero si tuve que tomar una decisión, a pesar de haber tardado mucho, la tome.

Decidi que no se pueden olvidar los sentimientos y los tiempos compartidos.

Ver que el conocerse puede doler y que ese dolor no siempre es malo.

Ya no se que hacer. Ya no puedo hacer nada. Solo esperar a que te des cuenta.

De que hay personas que no deberian estar separadas.

Aunque supongo que esto es muy subjetivo…

Acaso el amor no es subjetivo?

Lágrimas















Lágrimas que reflejan el dolor interno

Que hacen que el tiempo se detenga

Lágrimas que muestran que uno esta vivo

Que el corazón aún siente, a pesar del olvido

Lágrimas que vienen y van y siempre están

Cuando uno menos las quiere

Lágrimas que no paran de correr

Cuando alguien dice adiós o pide volver

Aquellas lágrimas que recuerdan

Que uno siente más de lo que cree

Son aquellas mismas las que hacen ver

Que uno siente cuando ya nada ve.

Lágrimas, espejos del amor

Lágrimas, puertas del dolor

Buscan la profundidad de cada hombre

Para ser parte de él y despertar el amor

Buscan la cercania de cada mujer

Para convivir junto a su amor.

Lágrimas que acompañan la soledad

Dan fuerza y la quitan, como única verdad.

Lágrimas que logran demostrar

Todo lo que uno es capaz de dar

Cuando se trata de amar.

Lost you




















That day i cried

Because i lost you

I had been a fool with you

Played with your feelings

Because I didn´t know what I really felt

Even today, time past by, I still don´t know

And I continue looking for the right track for me to walk on

I´m always falling, losing strength and faith

Not knowing what the future will bring

Or where i´m meant to end

My fate depends on my decisions

But I´m not sure which those are

That day

I not only lost you

I also lost myself

And left my soul behind

I thought I wouldn´t need it anymore

But I was wrong

Today i´m still searching for it

Desperately trying to find myself

Even knowing that i´m too weak now

But as long as I can hold on to hope

As long as my heart beats and my will continues growing

I won´t give up

I´ve already done that for too long…

Little things in life




















Too often we don´t realize what we have until it is gone.

To often we wait too late to say

“I´m sorry – I was wrong.”

Sometimes it seems we hurt the ones

We hold dearest to our hearts.

And we allow foolish things

To tear our lives apart.

Far too many times we let

Unimportant things into our minds.

And then it´s usually too late

To see what made us blind.

So be sure that you let people know

How much they mean to you.

Take that time to say the words

Before your time is through.

Be sure that you appreciate

Everything you´ve got

And be thankful for the

Little things in life

That mean a lot.

Me dieron todo para ser feliz

















Me dieron todo para ser feliz.

Tuve una familia, grandes amigos, verdaderos amores. Vi muchos lugares, culturas diferentes. Viví lo que pocos vivieron y aprendí a valorar cada momento.

Pero nada puede quitar el placer que siento cuando mi sangre corre por el brazo. Lentamente, con ese calor abrasador que acaricia mi piel. Ese líquido tan valioso que todos quieren tener pero pocos aprecian.

Me tomo el tiempo para ver cómo aquella pintura roja oscurece el suelo y lo hace aún más bello. Con mis dedos dibujo formas sin sentido mientras el tiempo va perdiendo importancia. Tomo aquel acero tan familiar, metal frío de color puro y que tan bien me conoce. Y quiero sentir nuevamente ese placer. Mi brazo ya no me pertenece y se mueve con voluntad propia, tomando ese objeto frío sin vida y haciéndolo uno con mi ser. Disfruto viendo cómo se desplaza armonioso por la piel, ansiosa de ser liberada del dolor que siente.

El mismo movimiento, una y otra vez hasta que las fuerzas me abandonan y me dejo caer bañada en mi propia sangre. Siento cómo va buscando el camino fuera de mi cuerpo. Busca alejarse de mí, igual que mi alma.

Sigo observando mi cuerpo, mi brazo, ese espectáculo de sangre brotando violentamente mientras mi vida se va apagando lentamente. Sigo el curso que va tomando el espeso líquido hasta que se une con el resto de su misma existencia.

Mi alma llora mientras mi cuerpo ríe.

Yo ya no soy yo, yo ya no soy nada. El tiempo corre pero yo no lo percibo.

Me libero de toda atadura, de la jaula de la vida. El calor me abraza, me mima, me hace sentir segura, me tranquiliza.

El mundo que siga, yo me quedo en mi pasión, en mi mundo que sólo yo conozco. Mi sangre, mi vida. Lo único que realmente es mío. Te dejo en libertad, también a vos, vida mía. Vuela hacia lo alto y ya no vuelvas más.

Sentada en el rincón, en esa oscuridad material, pero ya libre de todo dolor, sé que tuve todo para ser feliz pero se olvidaron de darme lo más importante, que es una razón para vivir.

Tu roce

















Tu roce en mi piel

ternura q emerge cuando el sol se esconde tras el horizonte infinito.

Cuando en tus ojos veo el deseo q late en tu interior

como una estrella que aun después de morir sigue brillando

creando la ilusión de seguir siendo lo que ya no es.

Cuánto amor me tienes

ángel de alas negras

que con tu mirada

vences mis barreras?

Si me amas de verdad entenderás

que soy un pájaro que nunca podrá perder su libertad

ya que el día que se sienta prisionero encontrará aquella libertad en la muerte

que nuevamente lo hará volar.

Déjame ser tuya una vez más y sentir aquellas manos por última vez

que tantas veces me hicieron sentir

lo que significa amar

y ser amada.

De la nada hiciste magia




















De la nada hiciste magia.

Cuando no sabía cómo seguir abriste las puertas de tu corazón

facilitándome la búsqueda del camino en esta vida que no termino de entender.

Me enseñaste a permanecer despierta en un universo donde el tiempo

termina deteniéndose para la mayoría

agotados de tanto luchar para un futuro incierto que nunca llega.

A través tuyo aprendí a gozar de esas pequeñas cosas de la vida

que a pesar de verlas todos los días nos olvidamos que están allí.

Ver en lo simple la totalidad de la vida,

aquella vida que está cansada de vivir y prefiere ya no hacerlo

sabiendo que no hay otra opción que permanecer en esta tierra

hasta que el destino le indique la hora de partir.

La ignorancia mata la existencia de aquello que no necesita un espejo para entender que es real. De sólo sentirse comprende que su corazón late, tal vez más fuerte que otros corazones que de tanto mentir ya han quedado exhaustos.

Las eternas luchas sin sentido por algo material que tarde o temprano desaparece en los lazos del tiempo terminan por eliminar lo poco que queda de la verdad y la sinceridad en los corazones que aún saben amar.

Aquellas almas solidarias que saben que sólo de a dos se puede seguir el camino del destino lloran concientes de su incapacidad de enfrentarse a tal magnitud llamada “mentira”.

El dolor que causa la pérdida de humanidad y ver como el alma termina envuelta en una nube de polvo y suciedad, sólo se neutraliza con la lluvia cristalina del cielo, que de vez en cuando, cuando la esperanza está a punto de morir, aparece para recordarnos que la fe aun vive para aquél que cree.

Sword and destiny






















Sword of life and hope

Death and sorrow

All in one hand

One moment.

Feeling of strength and weakness

Giving life or death

Letting go or holding on.

No mind, no thought

To doubt means to loose

The battle against yourself, your own enemy

Fear means nothing at all

When you step forward

And confront reality.

Ichi go ichi e

Mind and soul combine

To create what is called

Destiny.